lunes, noviembre 13, 2006

Peor

A Nacho y a Nahikari se les antoja cenar en el restaurante que ha abierto Sergi Arola en el Reina Sofía. Hacen una reserva para las diez y cuarto. Llegamos a las diez y cuarto. Está iluminado con luz indirecta y nos encanta. Tenemos que utilizar la linterna del teléfono para leer la carta. Pedimos una especie de menú degustación. Tres cuartos de hora después llegan los primeros entrantes. Nos quejamos y el camarero se disculpa: “Ha habido un problema con el ordenador”. Media hora después llegan los siguientes platos. Nos quejamos. El camarero se indigna: “Ya me he disculpado antes, qué quieren que haga ahora”. Le recordamos que hace exactamente dos horas que hemos llegado al restaurante y que todavía no ha llegado el segundo plato. “Intentaré arreglarlo”. Cuando vuelve nos dice que estamos invitados. Otro camarero se acerca con una botella de cava y nos muestra la etiqueta. “Oh, gracias”. La abre, nos sirve y la deja en una cubitera. Regresa al cabo de un minuto y dice: “Oh. Ha habido un error. Ustedes no han pedido cava”. Y se lleva la botella. Un minuto después la trae de vuelta: “Bueno, ya que la hemos abierto”. Nos vamos a Malasaña. Todo es borroso. Acabo compartiendo cama con Nacho en un piso de estudiantes. Me despierto a las dos. A las cinco y media se proyecta mi corto en Alcalá y tengo que ir porque me han reservado una habitación. Llamo a la coordinadora del festival. “Toma el primer desvío y cuando llegues pregunta por el teatro”. Aparco a las afueras del pueblo. Alcalá es mucho más feo de lo que lo recordaba. Pregunto por el teatro. Hay que caminar un poco. Antiguamente solían empapelar la ciudad con carteles del festival pero este año no se ve nada. El teatro es un sitio horrible. Falta un cuarto de hora para la proyección y allí no hay nadie. Una chica se asoma a la puerta.
—Sí, es aquí. Te he visto mirando.
—Ah, gracias. Dónde recojo la acreditación.
—Qué acreditación. La función empieza enseguida.
—Q-qué función.
—Adónde vas tú.
—Mi corto se proyecta a las cinco y media.
—Ah, tú vas al festival de Alcalá. Esto es Torrejón.
Cuando llego a Alcalá mi corto ya se ha proyectado, así que me voy al hotel. La recepcionista me informa de que la reserva era para el sábado. La coordinadora dice que puedo quedarme. La habitación es siniestra. Me tumbo en la cama y pienso que si paso allí cinco minutos más terminaré pintando las paredes con mi sangre. Bajo a recepción.
—Te dejo la llave.
—Si vuelves más tarde de la una tienes que pedírsela a seguridad.
—Volveré antes. Es domingo.
Me subo en el coche y me voy a casa

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa botella de cava se llamaba Burundanga y Camps.

xy dijo...

Encima de que os invitan, tú vas y cuentas en un conocdo blog que el nuevo restaurante de Arola en el reina Sofía simplemente NO VA CARA AL AIRE...

Juanjo Iglesias dijo...

Sin duda es usted un artista postmoderno y atormentado. Mis condolencias y felicitaciones por ambas cosas.

Anónimo dijo...

Querido Alberto:

Me entristece que nuestro casual encuentro del sábado se haya limitado a una elipsis del tipo: "Nos vamos a Malasaña. Todo es borroso".

Anónimo dijo...

Todo SIGUE siendo borroso.

Alberto 2

Alberto González dijo...

Alberto. Recuerda. No le mires a los ojos. NUNCA

Anónimo dijo...

Gracias,tío.

Alberto 2

Anónimo dijo...

Oye tú eres el amigo de Amenabar, ¿verdad?
¿Me puedes prestar cien mil pesetas?

PIANISTA EN UN BURDEL dijo...

¿Todavía dejándose engañar por el dudoso glamour de ese ANTRO?

¿TODAVÍA cayendo redondos en pisos de estudiantes?

¿Ustedes quieren llegar a los cuarenta tacos comiendo, bebiendo y vistiendo como veinteañeros?

¿Esto qué es: el blog de COCHI?

Alberto González dijo...

No se ensañe, hombre. ¿No ha quedado claro que estoy ARREPENTIDO?
¿Sigue en pie lo de subir este fin de semana a recoger MONGUIS?

Anónimo dijo...

y unos chistes de pedos, sería mucho pedir?

por compensar, digo...

Mariló García dijo...

queremos verte la cara!